miércoles, 24 de abril de 2013

LA TEORIA DEL CENTESIMO MONO




En 1952, en la isla de Koshima, los científicos empezaron a proporcionarle a los monos que allí habitaban batatas, que dejaban sobre la arena.

A los monos les gustó el sabor de aquellas patatas dulces y crudas, aunque parecía no ser muy de su agrado la arena. Una pequeña hembra de 18 meses de edad, llamada Imo, vio que podía solucionar el problema lavando las batatas en el océano y le enseñó el truco a su madre, al tiempo que sus compañeros de juego también aprendieron el nuevo método enseñándoselo a sus respectivas madres.
Esta innovación fue aprendida por varios monos ante la mirada de los científicos. Entre 1952 y 1958 todos los monos jóvenes aprendieron a lavar las batatas y sólo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron esta mejora social, mientras que otros adultos continuaron comiendo sus batatas sucias de arena.

Entonces sucedió algo asombroso; en el otoño de 1958, cierto número de monos lavaba sus batatas, aunque se desconoce el número exacto de ellos.

Supongamos que cuando salió el sol una mañana, habían 99 monos en la isla Koshima que ya habían aprendido a lavar sus batatas. Supongamos también que aquella mañana, el mono número 100 aprendió a lavar las batatas. Aquella misma tarde todos los monos de la tribu lavaron sus batatas antes de comerlas.

La suma de energía de aquel centésimo mono causó, en cierto modo, una masa crítica y, a través de ella, una eclosión ideológica, aunque lo más sorprendente observado por los científicos fue que la costumbre de lavar las batatas cruzó espontáneamente el mar y…las colonias de monos de otras islas y el grupo continental de monos de Takasakiyama empezaron también a lavar sus batatas, sin haber tenido contacto con los anteriores.

Aunque el número exacto puede variar, la teoría del centésimo mono significa que cuando un número limitado de personas conocen un nuevo método, solo es propiedad consciente de tales personas; pero existe un punto en el que, con una persona más que se sintonice con el nuevo conocimiento, éste llega a todo el mundo.

Fue como si esta nueva conducta se hubiera expandido por el aire, alcanzando a toda la especie.
El biólogo Lyan Watson consideró que cuando el mono número X había aprendido, se completó la “masa crítica”, es decir, el número de monos necesario para que toda la especie adquiriera de pronto el nuevo conocimiento o conducta.

Esto le hizo suponer que, en la evolución de las especies, hay mecanismos diferentes de aquellos que intervienen en la selección natural, lo cual tiende a mostrar que esos mecanismos también inciden sobre la manera de cómo ideas y costumbres se propagan por toda la especie humana.

A esto se le llamó “Teoría del Centésimo Mono”. Watson dice en su libro que, si un número suficientemente grande de personas (Masa Crítica) adquieren un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará a toda la humanidad.

De todo esto se desprende que una sola persona podría completar la Masa Crítica y desencadenar un nuevo conocimiento para toda la humanidad.

¿ Serás tú el centésimo “mono” ?

El próximo jueves, 2 de mayo,  te damos nuevas pistas.

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